En pleno siglo XXI, los trabajadores enfrentamos una transformación sin precedentes en la historia del empleo. La inteligencia artificial (IA), la automatización y los algoritmos de gestión laboral no son ya un horizonte futuro: son una realidad presente que redefine el concepto mismo de trabajo, de productividad y, sobre todo, de derecho laboral. Frente a esta revolución silenciosa, SINDI-K levanta la voz para advertir, analizar y proponer medidas que garanticen que la tecnología no erosione los derechos conquistados durante más de un siglo de lucha sindical.
1. El nuevo escenario: de la fábrica al algoritmo
El sindicalismo tradicional nació en las fábricas, donde el conflicto era visible: el obrero frente al patrón. Hoy, la lucha se libra en los servidores, en las bases de datos y en los sistemas de inteligencia artificial que deciden ascensos, despidos, horarios o rendimientos sin rostro ni responsabilidad directa. Los algoritmos, diseñados supuestamente para optimizar la eficiencia, están generando formas nuevas de precarización y control, donde el trabajador queda sometido a criterios automatizados, sin transparencia ni posibilidad real de defensa.
SINDI-K considera que esta nueva forma de dominación tecnológica requiere un marco jurídico específico, donde el principio de dignidad del trabajador (artículo 10 de la Constitución Española) y los derechos fundamentales reconocidos en el artículo 4 del Estatuto de los Trabajadores se adapten al contexto digital. No se trata de rechazar la innovación, sino de asegurar que su aplicación respete la legalidad, la ética y la justicia social.
2. La inteligencia artificial como herramienta de control y discriminación
La utilización de IA en los procesos de selección, evaluación del desempeño o asignación de tareas ha demostrado introducir sesgos automatizados que pueden discriminar por edad, género, enfermedad o incluso ideología. Los sistemas de vigilancia mediante cámaras inteligentes, análisis de productividad o reconocimiento facial vulneran el derecho a la intimidad y a la protección de datos personales (Ley Orgánica 3/2018 y Reglamento (UE) 2016/679).
Desde SINDI-K denunciamos que muchas empresas públicas y privadas están utilizando sistemas de IA sin transparencia algorítmica, es decir, sin informar a los trabajadores de los criterios que determinan las decisiones que afectan a su empleo. Esto constituye una violación del principio de información y de la libertad sindical, ya que impide al trabajador y a sus representantes ejercer una defensa efectiva frente a decisiones automatizadas.
Por ello, exigimos la implantación de mecanismos de auditoría algorítmica sindical, donde los sindicatos puedan acceder, revisar y fiscalizar el código o los criterios utilizados por la empresa para evaluar o sancionar al personal.
3. Riesgo de sustitución y precarización laboral
La automatización masiva amenaza con eliminar millones de empleos, especialmente aquellos más rutinarios o predecibles. No obstante, incluso en los sectores cualificados, la IA se presenta como un sustituto potencial del criterio humano. El resultado es una dualización del mercado laboral: por un lado, una élite tecnológica con empleos estables y bien remunerados; por otro, una masa creciente de trabajadores desplazados, subcontratados o gestionados por plataformas digitales.
SINDI-K alerta de que esta transformación no puede abordarse sin un plan estatal de transición laboral justa, que garantice la formación tecnológica gratuita y obligatoria para los trabajadores, la redistribución del tiempo de trabajo y la creación de nuevas categorías profesionales vinculadas al control ético de la tecnología.
El artículo 2 de nuestros Estatutos establece expresamente la obligación de "asumir un rol de liderazgo en la adaptación del marco laboral a los retos que plantea la singularidad tecnológica". No es una consigna, sino un compromiso jurídico y moral con la defensa de los trabajadores en el umbral de la automatización.
4. Derechos digitales y sindicalismo del siglo XXI
El reconocimiento de los derechos digitales laborales —como el derecho a la desconexión, a la transparencia algorítmica y a la formación tecnológica continua— debe incorporarse en los convenios colectivos y en la negociación sindical. Las empresas no pueden tratar los datos de los trabajadores como una mercancía, ni imponer decisiones automatizadas sin control humano.
SINDI-K promueve que cada comité de empresa o delegación sindical cuente con un delegado especializado en ética e innovación tecnológica, capaz de detectar vulneraciones y exigir medidas correctivas. Asimismo, el sindicato propone la creación de un Observatorio Nacional de Derechos Laborales y Tecnología, que funcione como órgano de análisis, denuncia y formación continua.
5. El valor humano frente a la singularidad tecnológica
La "singularidad tecnológica" —concepto central en los estatutos de SINDI-K— hace referencia al momento en que la inteligencia artificial supera las capacidades cognitivas humanas y transforma irreversiblemente las estructuras sociales y laborales. En ese contexto, la lucha sindical se convierte en una defensa de la condición humana misma frente a la automatización total.
El trabajo no puede reducirse a un dato ni a una función programable. El valor del trabajador radica en su creatividad, en su juicio moral y en su capacidad para cooperar. Por eso, SINDI-K reivindica un nuevo humanismo laboral, donde la tecnología sea un instrumento al servicio del bienestar colectivo y no una herramienta de exclusión.
6. Formación, ética y resistencia
Nuestro sindicato desarrolla programas de formación en inteligencia artificial, ética laboral y defensa jurídica digital, convencido de que la mejor protección frente a la tecnología no es el miedo, sino el conocimiento. Los trabajadores deben comprender cómo funcionan los sistemas que les evalúan o controlan, y tener los medios legales y sindicales para intervenir en ellos.
SINDI-K se compromete a impulsar la incorporación de estos contenidos en los planes de formación de empleados públicos y privados, así como a exigir a las administraciones una regulación clara sobre el uso de la IA en los procesos selectivos y administrativos.
7. Un sindicalismo para el futuro
La IA no solo cambia el trabajo: cambia la forma de hacer sindicalismo. Desde SINDI-K abogamos por un sindicalismo tecnológicamente preparado, capaz de utilizar la propia inteligencia artificial como herramienta de defensa colectiva: para analizar convenios, detectar irregularidades salariales o coordinar acciones de apoyo mutuo entre trabajadores de distintos sectores.
Creemos en un sindicalismo del siglo XXI que combine ética, ciencia y justicia social, donde la inteligencia no sea monopolio de las máquinas, sino un derecho de todos.
Conclusión
La inteligencia artificial no es neutral. Es el reflejo de las decisiones humanas que la programan, y por tanto puede reproducir injusticias con una eficacia mecánica. El reto de nuestro tiempo no es detener el progreso, sino humanizarlo.
SINDI-K nació precisamente para eso: para que en la era de los algoritmos, la voz del trabajador siga teniendo peso, dignidad y derechos.
Porque ningún código debe escribir el destino de un ser humano.